21 de diciembre de 2010

10 Excusas para faltar al trabajo

1. No decir nada, presentarte al día siguiente tan pancho, y cuando el jefe te pregunte, fingir un ataque epiléptico.


2. "Mire jefe, seamos claros, no he venido porque usted me dijo que podía tomarme el día libre." "Pero... ¡eso es mentira!" "Es mentira, si, pero lo ha dicho"


3. Es que tuve un accidente, de barco, aparecí en una isla desierta, que resultó que tenía pulsos electromagnéticos, entonces tuve que estar dándole a un botón para evitar que explotara hasta que llegó un momento que vino un tío que me dijo que no lo hiciera, y bueno todo explotó y tal… y ahora veo el futuro. y en el futuro no le veo a usted despidiéndome.


4. Es que estoy pluriempleado de humorista. ¿No te ha hecho gracia que no viniera a trabajar?


5. Es que vino un amigo mío, científico, con un Seat Panda, tuneao, me dijo que teníamos que ir al pasado, a no se qué de unos terroristas y uranio y eso. Y bueno, pues ya que lo solucionamos, volvimos pero se nos pasó la hora de regreso y ya me dije que no me daba tiempo y que pa qué.


6. Porque a veces es tontería ¿verdad?


7. Pues que resulta que me metí en una base del gobierno, tenían allí un ordenador con una pantalla gigante con un videojuego, así con tanques y soldaditos y eso. Me dije, bueno, tengo 15 minutos. Me puse a jugar, resultó que todo lo que hacía estaba pasando de verdad, la lié parda, no se si entramos en guerra con Afganistán o algo así, total que ya que solucioné todo se me hizo de noche y claro, pues ya no iba a venir.


8. Mire, que me quedé con el brazo atrapado en una máquina expendedora y hasta que no vino alguien a sacar Patatas Risi no me pude de mover.


9. Pues nada, que estaba en el porche de mi casa, entonces al crio le dio por tirar lacasitos, y una criatura así rara los iba cogiendo, total que tuvimos que cuidar de el, pobrecico mío, intentando que no se emborrachara. Bueno... me cabreé mucho porque estaba teniendo como mucho feeling con mi muchacho, y total que entre pitos y flautas vino el ejército, un lio allí que todavía tengo a la mujer limpiando, y el niño se escapó en bici, dice que voló, pero que yo creo que se pego un ostión contra el suelo guapo y me vino diciendo ya a las 4 de la mañana que se había ido el bicho en un aparato volador. Yo creo que venía borracho, que ahora los muchachos empiezan muy pronto.


10. Pues no se lo va a creer, pero me poseyó Satanás y que no me dejaba venir a trabajar, decía que trabajar para usted era bueno y que no me lo podía permitir. Tuvimos que llamar a un par de curas a ver que pasaba, a mi me entró la angustieja, me hicieron un limón pa beber, me dijeron cosas así en lenguas raras, al final no se por que uno me empezó a dar de hostias, y bueno pues así quedó la cosa. Y ahora ya estoy mejor, pero ayer estaba hecho un ecce homo eh. Yo creo que me sentaron mal las magdalenas que me las comí con el envoltorio o algo o que la mujer no limpió bien los chipirones.

7 de septiembre de 2010

Fortasec

Contigo a la descomposición le llegó su perdición,

contigo la fatiga se alejó de mi barriga

contigo si cojo frio no hago de mi un feroz río


Nada teme mi vientre

ya no hace falta comer caliente

Nada tene mi vientre

no tengo al esfínter en mente


Media hora ha pasado desde que me senté en el trono

media hora ha pasado desde que ensucié el pomo

corriendo y desesperado por llegar

creyendo que no había más que achicar.


De mis penas me has librado

!Ay Fortasec! !Tú me has salvado!

16 de agosto de 2010

Próximamente... VOLVEMOS A ENTRETENERNOS/OS

Este año en la Taberna volvemos con más ganas que nunca. Y en nuestro afán paródico hemos decidido dejar por los suelos a El Club del Chiste. Así pues hemos decidido crear la Liga del Participante Inesperado, un apartado en el que la gente podrá expresar su sentido del humor y otra gente podrá a la vez expresar su rechazo hacia esa persona votándole con un 0. O no. ¡Así pues, estad atentos! Al final de la Liga se entregará un premio a los 3 primeros clasificados. Bases del concurso: mirar dorso del envoltorio.

Sorprendednos con vuestro sentido del humor.

12 de agosto de 2010

Portarretrato de una joven recatada (Capítul V, fin de la primera parte).


Durante unos segundos imperó el silencio, el silencio impuso su régimen, había tan denso silencio que podía mascarlo como un chicle Boomer. Tras esta espera, que se me hizo larga como un día sin las magdalenas caseras de la tía Catherine,una varonil y santificada voz tronó desde el interior de la dependencia:

- Pasa, María Jocelyn Angustias.

Mi voz, temblorosa e incoherente, alcanzó a proferir las siguientes palabras, en un orden concreto y con viento de Levante:

- Alas! Pero como? Es que su excelencia me esperaba en esta tarde?
A lo que, con aburrido ademán de afirmación vehemente, graznó:

- Pero como no te voy a esperar, alma de cántaro, si me vienes todos los días a la misma hora con la misma cantinela de la culpabilidad y de que te tengo que confesar, que me tienes ya hasta el copetín!

- Esta vez es distinto, Padre Bunyan, hoy traigo en mi corazón un pecado de tal dimensión que haría ensordecer a un coro entero de querubines mofletudos y rechonchos.

- A ver, hermosa mía, cuantas veces te puedo haber dicho que me llamo Leopoldoy no Bunyan? Eh? Que es que me tienes la cabeza loca, que me muero y no te educo. A ver, qué has hecho ahora? Has respirado a destiempo, has andado dos metros con un cordón desatado? Se te ha fundido una bombilla? Has repetido el postre?

- Peor que todo eso, ay si solo fuera eso, padre Bunyan, si sólo fuera ese mi pecado, Daría todas las haciendas que heredé de mi difunto padre porque fuera ese el único mal que atenazase mi espíritu.

- Si tu padre ni está muerto ni tiene haciendas, si es tornero fresador en la fábrica.

- Es igual padre Bunyan, el caso es que he perdido el autobús, y no sólo eso, además, una vez ya he cogido el siguiente, he mirado a un hombre y he deseado conocerle y vengo aquí a que me cure.

- Hombre Angustias, pero es que eso es normal, que tienes 23 añazos y que igual va siendo hora ya de que te plantees que te tienes que echar un noviete, que tendrás que ir pensando en formar una familia en un futuro cercano.

- No! Padre Bunyan, no diga eso! Cúreme, cúreme con la medicina de la esperanza, con el amor de nuestro Señor, con las tiritas del Espíritu Santo, y si todo eso no basta, pida la intercesión de San Saturnino, patrón de esta santa parroquia.

- Vamos a ver, Angustias, hija mía, respira que se te está yendo la cordura y a mi se me esta empezando a ir también. Mira, lo que tienes que hacer ahora, es muy sencillo. Te vas a ir a tu casa… a tu hacienda, y le vas a decir a tu madre, la señora…

- Prudence.

- Eso, Prudence (santa paciencia…) que te enseñe los planos que le di el día de su boda, y le vas a dar esta contraseña en señal de que yo considero que ya estás preparada para empezar tu periplo en busca del Santo Grial. A ver, le dices: "¿qué le dice un muñeco de nieve a otro?"

Y de repente, me sentí henchida pero liviana, llena de emoción, algarabía, júbilo, un poco de hambre y un poco de infusión, preparada para la gran aventura en la que estaba a punto de zambullirme.

Continuará....

18 de junio de 2010

Portarretrato de una joven recatada (Capítulo IV)




Observando el rostro del señor precolombino y los sollozos de su churumbel, que se me clavaban como una espada fecha en Toledo esgrimida por un tercio español en Flandes a la hora del Ángelus, percatéme de mi vergüenza como Boabdil cuando abandonada Al Andalus. Me recompuse el tocado, me coloqué, sin rasgare las vestiduras, y extraje de mi bolso de mano (que no de viaje), el espejo repujado en nácar de áurea empuñadura adornada con trilobites del ordovicense. Miré mi reflejo y regalé mi vista con mi desangelado rictus, que me devolvió una mirada de pantagruélico bochorno estival. Saqué, asimismo, los polvos de cubrir pecas y pecados que me regaló, años ha, mi tía abuela Margot y que estaban elaborados con una antigua receta de rosa mosqueta. De pronto, un maquiavélico frenazo interrumpió mi acicalamiento a media asta y me dejó con la cara asimétricamente contrachapada, la quijada en entrecierre y el ceño en arcada ojival. Había llegado a mi destino. Con decidido gesto como Cristóbal Colón bajando de la Santamaría, puse mi pie en tierra, y con menos decidido intento, hice descender el segundo, al que se había aferrado como lapa en roca, una traicionera de mascar. Emprendí la marcha hacia el umbral del templo, un pie detrás de otro porque no hay otro modo, con las orejas gachas y la mente embebida en el análisis de conciencia al que me estaba sometiendo en tercer grado. Cada paso acrecentaba mi desasosiego imaginando la horripilante penitencia a la que mi cuerpo gentil iba a ser expuesta momentos after. Pasé junto al pobre indigente de corazón que siempre rezaba, con voz cadavérica y ademán
deseoso el mantra de: - M'ayudan pa comprar una hamburguesa por favor que tengo hambre. Tengan compasión por favor. Deslicé un generoso óbolo de un par de céntimos, parte de mi asignación mensual. Y entré, busqué la sacristía y alcé, temblorosa, insegura e incontinente, los nudillos en dirección nornoroeste western unión hacia la puerta de alcornoque. Y llamé.

10 de junio de 2010

Portarretrato de una joven recatada (Capítulo III)


En gesto de sentida gratitud y cortesía, deslicéme a un lado, dejando libre el asiento de escarlatado tapiz que otrora había sido ocupado por mi corpórea humanidad. Buscaba, obviamente, con ojos de cervatilla herida, la compañía del nuevo huésped (en el sentido bíblico del término) de mi corazón. Mas el estupor se abrió paso entre el molinillo de mis emociones cuando, del barbilampiño rostro de mi amigo (en el sentido bíblico del término) surgieron aquestas gélidas palabras, que me golpearon con el mismo ímpetu con el que mi primo Linton Harold golpea el volante en sus lecciones de bádminton:
- Na deja, si yo me bajo en dos paradas.
Y ante semejante desaire, mi alma quedó quebrantada, herida de muerte, agonizante a 60 kilómetros per hauer. Mis palabras se negaban a abandonar mi boca paralizadas por la congoja. Y cuando estaba a punto de empezar a llover en mi faz, cuando mis ojos se tornaban perlados… entonces profirió estas palabras:
- ¿Qué te pasa te ha dejao el novio? ¿O te queda alguna pa septiembre?
Debido al trato vejatorio y la falta de decoro del vencedor del torneo de justas de mi corazón huí despavorida hacia la sección trasera de la moderna diligencia en la que me encontraba. Tropezando. Sollozando. Tapándome los ojos. Cubriendo mis vergüenzas. Flexionando mis tobillos. Asustando a un señor precolombino y a su vástago. Cuando mi convulso cuerpo quiso recomponerse, como dijo el poeta "ayúdame Obi Wan Kenobi, eres mi última esperanza", él ya había partido.

13 de mayo de 2010

Portarretrato de una joven recatada (Capítulo II)



Mientras el traqueteo de los ejes del automóvil reverberaba en mis cuartos
traseros como redoble de tambor guineano me sentí liviana y serena por unos
momentos. Mi destino me esperaba como los lirios del campo esperan a la
primavera para florecer súbita e inesperadamente,atontolinados por el invierno.
Ante tal calma chicha relajóseme la presión metacarpiana sobre mi ya citado
pañuelo. Y por tanto, cuando el metálico carruaje, bruscamente, gripó su
empecinado avance, la pieza de tela deslizóse entre mis dedos como la arena de
aquella playa, aquella cala remota a la que fuimos con la abuela Gertrud. Y
entonces, la puerta abierta, el carnet de abono al autobús, el hirsuto rostro del
cochero y su ademán de afirmación con la testa, el gesto amable de su
interlocutor, mi corazón acongojado y en otro lado. Y allí estaba él, el fornido
capitán de mi alma, mi indomable equino, el pecaminoso baluarte de mis sueños
adolescentes. Dando dos decididos pasos al frente, dobló el lomo, ergo, se
deslomó, y recogió mi pañuelo yacente con su vellosa y varonil mano.
Ofreciéndomelo, me dijo:
- Toma tu pañuelo que se te ha caído, maja.
Dijo con un acento provinciano, que provocó que mis mejillas se incendiaran y que
me ruborizara ante este encuentro como la prepúber que hacia escasos tres
meses, en mi vigesimotercer aniversario, había dejado de ser.

8 de mayo de 2010

Cosas que dan rabia

- No saber abrir las bolsas en el súper y observar la cara de la cajera cuando no eres capaz de meterlo todo a tiempo.

- Llevar un café en el platico de la barra a la mesa y que te entren ganas de estornudar.

- Quedarte con la arilla de la lata de conservas y preguntarte existencialmente si las conservas se quedarán ahi ad eternum.

- La gente que te dice por el messenger "cuentame algo".

- Estar perfectamente preparado para ponerte a ver una película, serie o algo y que te llamen al teléfono.

- Que las mujeres intenten convencerte de que existen colores como el rosa palo, el fucsia, el pistacho, el melón…

- Despertarte 15 minutos antes porque ya no te vale la pena dormirte y claro, no te vas a levantar porque todavía no ha sonado el despertador.

- Abrir paquetes de galletas o de tostadas y que estén las dos primeras rotas.

- Terminar de cagar y darte cuenta de que el rollo de papel esta acabado.

- Estar a punto de que te atiendan en el súper y que tu madre se vaya corriendo a buscar una cosa que se le ha olvidado.

- La gente que se lame las yemas de los dedos para pasar paginas de libros, y más si sabes que los vas a usar tu.

-La canción de fondo del anuncio de turismo de andalucia.

- Eva Hache.

- La gente que intenta aparentar que canta bien haciendo gorgoritos.

- Los consejitos fáciles, consejos comodín, consejos cliché.

- Los abuelos que piden educación y respeto y después te ponen verde.

- La gente que va de una tribu urbana muy marcada y después se quejan de que les miran raro y se victimizan.

- Que te llamen porteléfono mientras estas en el baño.

- Quedar a una hora y que justo cuando has acabado de prepararte te digan que lo han cancelado.

12 de febrero de 2010

Código de conducta en examenes


1. No digas alea jacta est, que todos sabemos esa frase y todos sabemos que no
te has leído de las galias sino 5 tebeos de Asterix y por eso te la sabes.

2. La frase "ay ay ay que yo creo que voy a suspender" ya no engaña a nadie. por
favor, ahorraosla y punto.

3. Señores profesores, ahórrense los tópicos, es decir, eviten frases como:
"copiando no me engañáis a mi, os engañáis a vosotros mismos", "podéis copiar,
pero solo si no os veo", "tenéis dos horas para hacer el examen, el limite no lo
pongo yo, os los ponéis vosotros".

4. Cuando acabes el examen no me toques los cojo… la moral: no me preguntes
lo que he puesto, no me digas "me lo he inventao to", ahórrate los chistes
sexuales.

5. no hagas aspavientos y espasmos innecesarios, por muy fácil o por muy difícil
que sea. No bufes.

6. no estudiéis justo antes del examen hombre, que no vale pa nao, que lo que no
te hayas aprendido en una semana no va a venir a regalartelo el espíritu de
Marlon Brando.

7. deja de decir que cuando acabes el examen te vas a pillar una troza
descomunal, porque todos sabemos que en realidad te vas a ir a dormir o a
preparar un programa de radio.

8. No confíes en la amistad post-examen, eso no es amistad de verdad, es simple
camaradería momentanea y la persona con la que estas hablando no te va a
saludar mañana. Ni tu a ella.

9. Si no tienes ni puta idea de que poner, puedes disimular pasando el boli por
encima como si estuvieras releyendo lo que tienes escrito o puedes mover la
muñeca para hacer ver que estás escribiendo algo.

10. Si tienes examen de mas de dos horas, te recomendamos encarecidamente
que no escuches a Wagner, porque si no te van a entrar ganas de leer a
Nietzsche, luego de invadir Polonia y al final acabarás insultando al profesor, lo
cual es una tontería porque puedes insultarle directamente sin necesidad de
escuchar a Wagner.

9 de febrero de 2010

Portarretrato de una joven recatada (Capítulo I)


Querido diario: te confieso solo a ti desde lo mas profundo de mi corazón que hoy me ha pasado algo insólitamente inusual en mi, un atrevimiento. hoy he perdido el autobús y con él mis esperanzas de ver un unicornio en la presentación de ballet de mis compañeras y sin embargo amigas de la clase de la señorita Rosalyn, mi institutriz. sumida en mi desespero me he aposentado grácilmente en un mullido rosal que encontré, casualmente, por allí, y tras sacar mi pañuelo con un encaje que recuerda a las hiedras del jardín de la casa de mi tía Josephine y mis iniciales, las 4, bordadas a mano por mi mayordomo de tierras inhóspitas en la más fina seda, me sumí en un regocijo de culpabilidad cuando me percaté de que por mis malas acciones vespertinas podría visitar la capilla de san saturnino y recibir el sagrado sacramento de la penitencia de parte del padre Bunyan. así que esperé al siguiente transporte y abalancéme dafechu, pecunia en mano, a pagar al cochero y posarme cual pizpireto jilguerillo en uno de los asientos escarlatas con lo que emprendí mi periplo hacia la pulcritud de mi persona y el remiendo de mis pecaminosas acciones.

Continuará en postreras entregas.

26 de enero de 2010

4,8,15,16,23,42.....

In 7 days and 108 minutes....The beginning of the end